En general, por mi experiencia como estudiante, los libros de texto para la enseñanza, antiguos y modernos, son importantes en la medida en que aportan información sobre algunos de los elementos que sustentan el modelo actual de enseñanza. En efecto, los libros de texto, además de un reflejo del estado de la ciencia, son una muestra indicativa de las concepciones dominantes en los distintos momentos de la historia acerca de qué contenidos deben ser enseñados, cuáles deben ser enfatizados, cual es la forma de organizarlos, con qué enfoques conceptuales y con qué metodología. También es importante lo que se refiere a la utilidad de los contenidos. Peters [i](1977) considera que el aprendizaje de un contenido de enseñanza no puede considerarse educativo más que cuando, en torno a ese contenido, el alumno es capaz de desarrollar esquemas conceptuales propios: "El hombre educado debe poseer también algún conjunto de conocimientos y algún esquema conceptual que eleve esos conocimientos por encima del nivel de una serie de datos inconexos. Lo cual implica conocer los principios para poder organizar los datos... La persona educada debe tener también alguna comprensión del "porqué" de las cosas". Sin embargo, al estudiar el contenido(estadística y probabilidad) de la mayor parte de los libros escolares y los subsiguientes enfoques de los profesores, observo que en los textos escolares se selecciona preferentemente clasificaciones, enumeraciones, vocabularios básicos y convenciones científicas que nos permiten entender la realidad.
Otra cuestión trascendente se refiere a la selección de contenidos. Pues bien, si analizamos la cultura escolar descubriremos la presencia agobiante de contenidos cuya permanencia en la escuela no se justifica más que por la tradición o la costumbre, mientras que otros contenidos que nos permitirían comprender el mundo contemporáneo no tienen cabida, o se integran de forma muy lenta a la cultura escolar. En el fondo de esta cuestión está la necesidad de revisar periódicamente los contenidos de la educación, integrando nuevos conocimientos, nuevos enfoques y nuevos planteamientos científicos. En otras ocasiones, el problema estriba en añadir al estudio de los principios generales un apartado que nos permita entender las aplicaciones prácticas más importantes de los conocimientos científicos que estudiamos, favoreciendo así la comprensión de las aplicaciones tecnológicas más usuales, con las que funciona la vida cotidiana en el mundo que nos rodea. Sin embargo, esta petición plantea el problema de que no puede seguirse, indefinidamente, sumando nuevas exigencias sobre los jóvenes estudiantes, sin, al mismo tiempo, eliminar contenidos irrelevantes. La discusión sobre qué contenidos puedan considerarse irrelevantes debe hacerse muy despacio, atendiendo a criterios encontrados, y contando con la resistencia conservadora de los profesores que los imparten, dispuestos siempre a considerar un agravio que se pueda discutir sobre la relevancia de unos conocimientos que constituyen la razón de ser de su actividad profesional. ¿Qué crees tú?
Ahora bien, con respecto a los enunciados de los problemas propuestos puedo señalar que, en muchos casos, se refieren a vocabularios, definiciones cortas, clasificaciones y convenciones, antes que las preguntas que exigen la aplicación, la comprensión o la valoración de los conocimientos adquiridos.
Hasta ahora he escuchado y criticado lo siguiente: la mayor parte de los profesores no transmite los contenidos de enseñanza como una forma de entender el mundo que nos rodea, sino como datos aislados en los que el estudiante aprende hechos, clasificaciones, definiciones y convenciones que luego no sabe cómo utilizar. El estudiante se limita a memorizarlos hasta llegar al momento de la prueba y luego los olvida, ya que los contenidos aprendidos carecen de fuerza explicativa para entender algún aspecto de la realidad, y nadie se ha preocupado de desarrollar la aplicación de los contenidos aprendidos, estableciendo las relaciones pertinentes entre la cultura escolar y el mundo que nos rodea. Así, es frecuente que muchos de nosotros, alumnos universitarios, al preguntarnos por qué hace más calor en verano que en invierno, seamos capaces de responder con seguridad que la razón es la inclinación del eje de la Tierra, sin ser luego capaces de dar una explicación razonada de cómo influye la inclinación del eje de la Tierra en el aumento de las temperaturas. Pero, ustedes se preguntaran el por qué de este comentario. Es sencillo. Los enunciados propuestos sí tienen que ver con la realidad del alumno, por ejemplo el que trata del gasto mensual de electricidad, aunque no puedo dejar de mencionar que algunos carecen de sentido, al menos para mí. Por ejemplo, en el enunciado número tres, me parece correcto que a partir de tablas construyan un diagrama de barras, pero carece de sentido, pues no le pide al alumno interpretación alguna….(lo mismo ocurre en el enunciado cuatro)[ii]
Por otro lado, en cuanto a los enunciados de probabilidad su enfoque se centra en el azar en general. (Se han creado dos líneas distintas de investigación sobre la comprensión en probabilidad. Uno de ellos se ha centrado en el nivel escolar (Fischbein, 1975; Green, 1983; Piaget e Inhelder, 1978) y el otro en estudiantes universitarios y adultos en cualquiera de los niveles, los estudiantes parecen tener dificultades en el desarrollo de intuiciones correctas sobre ideas fundamentales de probabilidad.)
En conclusión lo bueno de este taller es que los enunciados introducen la materia a través de actividades y manipulaciones, y no mediante abstracciones; trata de estimular en el estudiante el sentimiento de que la matemática está relacionada en última instancia con la realidad, y no consiste únicamente en símbolos, reglas y convenciones; utiliza ilustraciones visuales y las instrucciones son claras y concretas.
Con respecto al último punto, recientemente, algunos estudios sobre resolución de problemas han mostrado que los estudiantes que reciben instrucciones concretas sobre cómo resolver problemas llegan a ser mejores en esta tarea y más capaces de "pensar matemáticamente". Lo que posiblemente sea necesario sean estudios similares de enseñanza de la estadística y la habilidad de los estudiantes para "pensar estadísticamente". En el intento de ayudar a los estudiantes a pensar estadísticamente se han realizado algunas experiencias interesantes sobre el papel de los ordenadores en el aprendizaje de los procesos estocásticos.
Para muchos estudiantes, puede ser necesaria una considerable mejora de las habilidades con abstracciones, previa a su preparación en la mayoría de los razonamientos en probabilidad y pruebas a partir de hipótesis que subyacen a las deducciones estadísticas básicas. Para algunos estudiantes, los profesores deberían olvidarse de la abstracción y contentarse con limitar las ideas estadísticas a términos más simples y concretos.
Una conclusión provisional es que para la comprensión es altamente positivo prestar atención a la forma en que es presentado el enunciado.
También, debo agregar que para mí existe una diferencia clara entre un ejercicio o un auténtico problema. Lo que para algunos es un problema, por falta de conocimientos específicos sobre el dominio de métodos o algoritmos de solución, para los que sí los tienen es un ejercicio. Pues bien, en este taller la mayoría de los problemas propuestos no son problemas son sólo ejercicios. (salvo el Nº7)
Para concluir mi comentario quiero decirles, según mi punto de vista, que lo único que de verdad importa es ayudar a nuestros futuros estudiantes a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Para ello, no hay otro camino que rescatar, en cada una de nuestras lecciones, el valor humano del conocimiento. Todas las ciencias tienen en su origen a un hombre o una mujer preocupados por desentrañar la estructura de la realidad. Alguien, alguna vez, elaboró los conocimientos del tema que explicaremos, como respuesta a una preocupación vital. Alguien, sumido en la duda, inquieto por una nueva pregunta, elaboró los conocimientos del tema que mañana nos tocará explicar. Y ahora, para hacer que nuestros alumnos aprendan la respuesta, no tienemos otro camino más que rescatar la pregunta original. No tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado la pregunta; por eso, la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboraron los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas de los libros, volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándoles a pensar.
[i] www.monografías.com
[ii] Extraído de documento internet sobre didáctica de la estadística